Las abejas son adaptadas de acuerdo a la función que desarrollan dentro de las colmenas, encontrando abejas tales como Reina, obreras y zánganos.
Alas. Las abejas cuentan con dos pares de alas membranosas que ofrecen resistencia al aire débil, le permiten volar en todos los sentidos, mantener la temperatura de las colmenas y producir sonidos particulares que sirven como medio de comunicación.
Boca. Su boca tiene dos mandíbulas poderosas, que sirven para cortar, pinzar, cepillar, dar forma a las escamas de cera, amasar el propóleo, construir las paredes de los alvéolos. La boca de las abejas.
Trompa. Dotada de una lengua retráctil que le permite succionar el néctar desde lo más profundo de las flores.
Patas. Sus seis patas son también una herramienta de trabajo muy perfeccionada: las patas delanteras, provistas de pequeñas ventosas le permiten agarrar el polen, engancharse a cualquier soporte, y limpiar sus antenas. Las patas posteriores peludas y con hendiduras en forma de cuchara, están dotadas de bolsas de polen o cestillas, donde carga y amontona, su precioso botín y de ganchos que le permiten colgarse las unas a las otras para formar un enjambre o una cadena cerera .
Antenas. Sus dos antenas, están en continuo movimiento, gracias a una quincena de articulaciones, son los órganos centrales de la percepción y del entorno de la abeja. Las antenas también sirven a las abejas para conocer su entorno físico, nivel de gas carbónico, humedad. Contribuyen a la distinción de los sabores, y le dan indicaciones sobre su velocidad de vuelo.
Aguijón. La abeja como la avispa, posee un aguijón, pero solo pica una vez, en caso de agresión o urgencia, para defender su colmena y sus reservas: su aguijón clavado arranca una parte de su abdomen, y muere rápidamente.
Ojos. Sus ojos compuestos permiten una vista de 360°, cada uno por cerca de 4.000 a 6.000 caras equipada de un lente córnea, un cono cristalino y nervio óptico.